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Ideas for agricultural development are a bit like fads. They come and then fade away, for no apparent reason. One such idea was the local agricultural research committee, or CIAL, which has been largely ignored in recent years. But where the CIAL has survived, it is still be quite functional. I mentioned in a previous blog (The committee of the commons) that the CIAL has led to lots of innovation in the community of Cordillera Blanca, in the Peruvian Andes, where this committee continues to function after more than 20 years.
Every functional innovation we saw in the community seemed to be related to the CIAL. For example, Paul and Marcella and I met community member Trinidad León (see Paul’s blog Farming as a lifestyle) while she was herding her sheep home through the bofedales, the high Andean wetlands.
We found a place to get out of the wind behind doña Trinidad’s stone cottage, where she explained that 30 years ago, overgrazing was a problem in the community. Back then, there was no grass like what we see now. This surprised me, because this rocky pasture at 4000 meters above sea level was thick with native needle grass when we saw it. Rotational grazing, moving the animals to let the pasture rest, had allowed this meadow to recover.
Rotational grazing is just one of the ideas that the CIAL and the community have experimented with over the years, working with different extensionists from The Mountain Institute, an NGO.
Doña Trinidad was not a member of the CIAL, but her husband was, and she knew well what the committee researched. Doña Trinidad explained how an agronomist named Doris Chávez worked with the community for several years, starting in about 2013, to discuss ways to improve pasture.
Previously, the couple would move their corral periodically, and allow it to seed itself in native pasture. Through their interaction with the CIAL, they saw the opportunity to use the corral as a place to grow fodder, not just to allow pasture to grow naturally. At planting time, they plow the soil and plant it with oats or barley, which they cut to feed to their animals. Later, the harvested barley patch grows into natural pasture, which the sheep graze. The following year, the land can be fenced within a corral again, to gather manure. So there is a three-year rotation: corral, oats and barley, pasture, before starting over again with the moveable corrals.
The CIAL is a committee of farmers, men and women, who test new ideas and share the results back with their community. The farmers themselves adapt the ideas, and from what we saw, they can be very successful. The oats and barley field is a healthy, emerald-green patch growing on the site of last year’s corral. Doña Trinidad takes a sickle and cuts an armful to feed to her cattle later that afternoon.
Agroecology, with its emphasis on co-construction of knowledge, is now gaining importance across the world. Researchers today might take inspiration from the CIAL, as a way to stimulate community research, especially for agroecology.
Further reading
Ashby, Jacqueline Anne 2000 Investing in farmers as researchers: Experience with local agricultural research committees in Latin America. Cali, Colombia: CIAT.
Acknowledgements
The visit to Peru to film various farmer-to-farmer training videos with farmers like doña Trinidad was made possible with the kind support of the Collaborative Crop Research Program (CCRP) of the McKnight Foundation. Thanks to Vidal Rondán of the Mountain Institute for introducing us to the community.
Video on another idea for research in rural communities
Jeff Bentley, 5 de junio del 2022
PASTO MOVIBLE
Las ideas para el desarrollo agrÃcola son un poco como las modas. Vienen y luego se desaparecen, aparentemente sin razón. Una de esas ideas fue el Comité de Investigación AgrÃcola Local (CIAL), que ha sido ignorado en los últimos años. Pero donde el CIAL ha sobrevivido, sigue siendo bastante funcional. En un blog anterior (Comité campesino) mencioné que el CIAL ha dado lugar a muchas innovaciones en la comunidad de Cordillera Blanca, en los Andes peruanos, donde este comité sigue funcionando después de más de 20 años.
Todas las innovaciones funcionales que vimos en la comunidad parecÃan estar relacionadas con el CIAL. Por ejemplo, Paul, Marcella y yo conocimos a Trinidad León, miembro de la comunidad (véase el blog de Paul Farming as a lifestyle), mientras arreaba sus ovejas a casa a través de los bofedales, los humedales altoandinos.
Encontramos un lugar para salir del viento detrás de la cabaña de piedra de doña Trinidad, donde nos explicó que hace 30 años el sobrepastoreo era un problema en la comunidad. En aquel entonces, no habÃa pasto como el que vemos ahora. Esto me sorprendió, porque este pasto rocoso a 4.000 metros sobre el nivel del mar estaba lleno de ichu nativo cuando lo vimos. El pastoreo rotativo, que consiste en mover a los animales para dejar descansar el pasto, habÃa permitido que esta pradera se recuperara.
El pastoreo rotativo es sólo una de las ideas que el CIAL y la comunidad han experimentado a lo largo de los años, trabajando con diferentes extensionistas del Instituto de Montaño, una ONG.
Doña Trinidad no era miembro del CIAL, pero su marido sà era, y ella conocÃa bien lo que investigaba el comité. Doña Trinidad explicó cómo una agrónoma llamada Doris Chávez trabajó con la comunidad durante varios años, a partir de 2013, para discutir formas de mejorar los pastos.
Anteriormente, la pareja movÃa su corral periódicamente, y permitÃa que se auto-sembrara en pasto nativo. A través de su interacción con el CIAL, vieron la oportunidad de usar el corral como un lugar para cultivar forraje, no sólo para permitir que los pastos crezcan de forma natural. En la época de siembra, aran la tierra y la siembran con avena o cebada, que cortan para alimentar a sus animales. Más tarde, la parcela de cebada cosechada se convierte en un pasto natural que las ovejas pastan. Al año siguiente, la tierra puede volver a cercarse dentro de un corral, para recoger el estiércol. Asà pues, hay una rotación de tres años: corral, avena y cebada, pastos, antes de volver a empezar con los corrales móviles.
El CIAL es un comité de agricultores, hombres y mujeres, que prueban nuevas ideas y comparten los resultados con su comunidad. Los propios agricultores adaptan las ideas y, por lo que vimos, pueden tener mucho éxito. El campo de avena y cebada es una parcela sana, una mancha verde esmeralda que crece en el lugar del corral del año pasado. Doña Trinidad toma una hoz y corta un bulto para alimentar a su ganado esa misma tarde.
La agroecologÃa, con su énfasis en la construcción conjunta del conocimiento, está ganando importancia en todo el mundo. Los investigadores de hoy podrÃan inspirarse en el CIAL, como forma de estimular la investigación comunitaria, especialmente para la agroecologÃa.
Lectura adicional
Ashby, Jacqueline Anne 2000 Investing in farmers as researchers: Experience with local agricultural research committees in Latin America. Cali, Colombia: CIAT.
Agradecimientos
Nuestra visita al Perú para filmar varios videos agricultor-a-agricultor con agricultoras como doña Trinidad fue posible gracias al generoso apoyo del Programa Colaborativo de Investigación de Cultivos (CCRP) de la Fundación McKnight. Gracias a Vidal Rondán del Instituto Montaño por presentarnos a la comunidad.
Video sobre otra idea para la investigación con las comunidades rurales