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Ever since I read David Montgomery’s book, Growing a Revolution, I have appreciated the importance of no till. Forsaking the plow not only prevents soil erosion, but cares for beneficial micro-organisms living in the soil. But Montgomery doesn’t go into details about how to avoid plowing in a garden. Most gardening advice books tell you to pulverize the soil before planting vegetable seed. I don’t do that anymore.
I have tried to leave my garden soil unworked, scratching rows for the seed, with reasonable results, but the soil still seems a little hard.
I recently facilitated a workshop for script writers. One group wrote about tests to analyze the soil, including one that uses a plastic bottle and a cloth to measure particulate soil matter. A healthy soil has many small clumps of carbon.
For some added inspiration, the script writers and I went to Granja Polen, a small, ecological farm near Cochabamba, Bolivia. We were met by Willi Flores, who has worked at the farm off and on for 17 years, ever since he was in high school.
Willi showed us a system none of us had seen before for no-till vegetables.
They make a small, raised bed of soil about 20 cm high (8 inches). When the farmers made the vegetable beds, they enriched the soil with lots of small pieces of wood, like dead twigs and branches from eucalyptus and other trees on the farm.
After harvesting one crop of vegetables, the farmers avoid turning over the soil. They simply make a small hole in the soil and add a plug of soil with a seedling. The soil is so soft you can easily make a hole in it with your bare fingers. For added nutrients, the farmers add a little composted manure (from their three dairy cows) to the top of the vegetable bed.
Willi explains that the sprinkler irrigation washes the nutrients down to the roots of the vegetables.
The vegetable beds are never turned over and the wood in the soil slowly decomposes, over the years, providing a soft, rich soil, full of healthy carbon.
For the past four years, Paul has been using a similar technique in his garden: wood-rich raised vegetable and berry beds called hügelbeds, but the bare soil surface gets hard when it is exposed to the sun. It seems that the trick is to periodically add some composted manure to the surface and keep the soil covered all year round.
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A revolution for our soil (A review of Growing a Revolution)
Acknowledgements
On this farm visit I was accompanied by Jhon Huaraca, Samuel Palomino and Eliseo Mamani, who are writing a video script on soil tests.
HORTALIZAS SIN LABRANZA
Jeff Bentley, 11 de diciembre del 2022
Desde que leà el libro de David Montgomery, Growing a Revolution, he apreciado la importancia de la cero labranza. Olvidándose del arado no sólo evita la erosión del suelo, sino que cuida a los microorganismos benéficos que viven en el suelo. Pero Montgomery no entra en detalles sobre cómo evitar el arar en un huerto. La mayorÃa de los libros de jardinerÃa dicen que hay que pulverizar el suelo antes de sembrar las semillas de hortalizas. Yo ya no hago eso.
He intentado dejar el suelo en mi jardÃn sin trabajarlo, rascando las hileras para la semilla, con resultados razonables, pero la tierra todavÃa me parece un poco dura.
Recientemente he facilitado un taller para escritores de guiones. Un grupo escribió sobre pruebas para analizar el suelo, incluida una que usa una botella de plástico y una tela para medir las partÃculas de la materia orgánica. Un suelo sano tiene muchos pequeños grumos de carbono.
Para inspirarnos un poco más, los guionistas y yo fuimos a la Granja Polen, una pequeña granja ecológica cerca de Cochabamba, Bolivia. Nos recibió Willi Flores, que ha trabajado en la granja durante 17 años, desde que estaba en el colegio.
Willi nos mostró un sistema que ninguno de nosotros habÃa visto antes para las hortalizas sin labranza.
Hacen un pequeño camellón de unos 20 cm de altura. Cuando los agricultores hicieron los camellones, enriquecieron el suelo con muchos trozos pequeños de leña, como ramitas muertas de eucaliptos y otros árboles de la finca.
Después de cosechar las hortalizas, los agricultores evitan remover el suelo. Simplemente hacen un pequeño agujero en la tierra y ponen un plantÃn en su pedazo de suelo. La tierra es tan blanda que se puede hacer fácilmente un agujero en ella con los dedos. Para añadir nutrientes, los agricultores añaden un poco de estiércol compostado (de sus tres vacas lecheras) en la superficie del camellón.
Willi explica que el riego por aspersión arrastra los nutrientes hasta las raÃces de las verduras.
Los camellones nunca se voltean y la leña en el suelo se descompone lentamente, a lo largo de los años, proporcionando un suelo suave y rico, lleno de carbono saludable.
Durante los últimos cuatro años, Paul ha usado una práctica similar en su huerto: un camellón lleno de leña llamado hügelbed, donde produce hortalizas y bayas, pero la superficie desnuda del suelo siempre se queda dura cuando está expuesta al sol. Parece que el truco es de vez en cuando agregar un poco de estiércol compostado a la superficie, y mantener el suelo cubierto todo el año.
Previamente en el blog de Agro-Insight
Una revolución para nuestro suelo
Agradecimientos
En esta visita a la finca me acompañaron Jhon Huaraca, Samuel Palomino y Eliseo Mamani, que están escribiendo un guion de video sobre análisis de suelos.