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I’ve written about Serafín Vidal before, an agronomist who spends his free time developing an innovative agroforestry system at home. On week days, he works as an extensionist, teaching agroforestry to about 250 farmers around the three main valleys of Cochabamba, Bolivia. These farmers grow mixed orchards of apple and forest trees. The apples provide a crop to sell, and the forest trees provide organic matter and bring up nutrients from deep in the soil. As the trees shed their leaves, they form a mulch that fertilizes the apples and vegetable crops growing on the ground.
Previously, I had visited two of the farmers who Serafín teaches, and I sensed their enthusiasm, but recently, Paul, Marcella, Ana and I got a chance to visit Serafín at his own home, where he planted his first forest, about ten years ago.
Serafín lives in the small town of Arani, about an hour’s drive from Cochabamba. Arani has grown slowly since colonial times, and still has house lots with large garden plots near the central plaza. When Serafín took over one of these plots, there was 700 square meters of grass behind the house. The lifeless soil was crusted with salt.
Working on the weekends, Serafín tore out the lawn and planted trees, including peaches, figs, plums, prickly pear cactus, apples, avocados, roses, dahlias, gladioli, date palms and native molles, chacatea, trumpetbush, jacaranda, ash, poplar, lloq’e, and qhewiña. He now has about 100 species of herbs, vegetables, fruit trees and climbing vines, including the tastiest grapes I’ve ever eaten. Serafín leaves logs and leaf litter on the surface of the earth, as in a natural forest, to decay slowly and fertilize the soil, while providing a habitat for earthworms and other beneficial creatures.
When Serafín establishes an agroforest, in the early years he adds a bit of organic matter on top of the soil. But with time, the trees fertilize the earth on their own, just as in a wild forest, where the soil is dark, and naturally fragrant.
Serafín scooped up a handful of soil, to show us how it was full of life: earthworms, sow bugs, and larvae of wood-eating beetles. Serafín explained: “These larvae have bacteria and fungi in their digestive tract. This is mixed with the dead wood that they eat, enriching the soil.”
Serafín explains that one of the key principles of agroforestry is to imitate the local forest. This diversity keeps plant healthy. In his planted forest, there are no plant diseases, and no weeds, only self-seeding plants that he keeps. The only pests are birds, attracted to the ripe fruit. Serafín keeps them out with nets. He controls the persistent fruit fly with traps and natural remedies he makes himself (sulphur-lime, caldo de ceniza and fosfito, which we have described in an earlier blog).
Unlike many extensionists, Serafín practices what he teaches. He works out his ideas at home, on his own land, before sharing the principles with farmers, strategically located around the three large valleys of Cochabamba.
Each of these farmers adopts the basic principles of agroforestry, and then becomes an example in their own community. This is important in a system that includes trees, which take years to mature.
Serafín maintains that agroforestry is less work than other farming styles. “If we make farming easy, maybe more people will want to be farmers,” he says.
The 4 principles of agroforestry
- Do not disturb the earth. Do not plow it. Plant by making a small hole in the earth with a sharp stick.
- Keep the soil permanently covered. E.g. with fallen leaves, branches, logs and living plants.
- Imitate the local forest. Combine many plant species of different sizes and different live cycles.
- In an agroforestry system, the species live together. They do not compete for nutrients or for light.
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Acknowledgements
Agronomist Serafín Vidal works for the Fundación Agrecol Andes. He directs the Agroforestería Dinámica project, sponsored by NATUREFUND. Serafín read and commented on a previous version of this blog.
Scientific names of native species
Molle Schinus molle
Chacatea Dodonaea viscosa
Trumpetbush (lluvia de oro) Tecoma sp.
Jacaranda Jacaranda mimosifolia
Ash (fresno) Fraxinus sp.
Poplar (aliso) Populus sp.
Lloq’e Kageneckia lanceolata
Qhewiña Polylepis spp.
EN CASA CON LA AGROFORESTERÍA
26 de febrero del 2023, por Jeff Bentley
Ya he escrito antes sobre Serafín Vidal, un ingeniero agrónomo que dedica su tiempo libre a desarrollar un innovador sistema agroforestal en casa. Los días hábiles, él trabaja como asistente técnico, enseñando agroforestería dinámica a unos 250 agricultores de los tres valles principales de Cochabamba, Bolivia. Estos agricultores cultivan huertos combinados de manzanos y árboles forestales. Los manzanos proporcionan una cosecha que vender, y los árboles forestales aportan materia orgánica y nutrientes desde las profundidades del suelo. Cuando los árboles se desprenden de sus hojas, forman un mulch que fertiliza los manzanos y las hortalizas sembrados en el suelo.
Anteriormente, yo había visitado a dos de los agricultores que Serafín enseña, y percibí su entusiasmo, pero hace poco, Paul, Marcella, Ana y yo tuvimos la oportunidad de visitar a Serafín en su propia casa, donde plantó su primer bosque, hace unos diez años.
Serafín vive en el pueblo de Arani, a una hora en coche de Cochabamba. Arani ha crecido lentamente desde la época colonial, y todavía tiene parcelas de casas con grandes huertos cerca de la plaza central. Cuando Serafín se hizo cargo de una de estas parcelas, había 700 metros cuadrados de grama detrás de la casa. La tierra, sin vida, tenía afloramientos de sal.
Trabajando los fines de semana, Serafín arrancó el césped y plantó árboles, entre ellos durazneros, higos, ciruelos, tunas, manzanos, paltos, rosas, dalias, gladiolos, palma dátil y los nativos molles, chacatea, lluvia de oro, jacaranda, fresno, aliso, lloq’e, y qhewiña. Ahora tiene unas 100 especies de hierbas, verduras, árboles frutales y vides trepadoras, incluidas las uvas más sabrosas que jamás he comido. Serafín deja troncos y hojarascas en la superficie de la tierra, como en un bosque natural, para que se descompongan lentamente y fertilicen el suelo, al tiempo que dan un hábitat para las lombrices de tierra y otras criaturas beneficiosas.
Cuando Serafín establece un sistema agroforestal, en los primeros años añade un poco de materia orgánica sobre el suelo. Pero con el tiempo, los árboles fertilizan la tierra por sí solos, como en un bosque silvestre, donde el suelo es oscuro y tiene un rico olor de forma natural.
Serafín recogió un puñado de tierra para mostrarnos que estaba llena de vida: lombrices, chanchitos y larvas de escarabajos comedores de madera. Serafín nos lo explicó: “Estas larvas tienen bacterias y hongos en su tracto digestivo. Esto se mezcla con la madera muerta que comen, enriqueciendo el suelo”.
Serafín explica que uno de los principios clave de la agroforestería es imitar el bosque local. Esta diversidad mantiene sanas las plantas. En su bosque plantado no hay enfermedades de las plantas, ni malezas, sólo plantas que se auto-siembran y que él valora. Las únicas dificultades son los pájaros, atraídos por la fruta madura. Serafín los mantiene alejados con redes. Controla la persistente mosca de la fruta con trampas y remedios naturales que él mismo fabrica (sulfocálcico, caldo de ceniza, biol y fosfito, que ya hemos descrito en un blog anterior).
A diferencia de muchos técnicos, Serafín practica lo que enseña. Da vida a sus ideas en casa, en su propia tierra, antes de compartir los principios con los agricultores, ubicados estratégicamente alrededor de los tres grandes valles de Cochabamba (el Valle Alto, el Valle Bajo, y el Valle de Sacaba).
Cada uno de estos agricultores adopta los principios básicos de la agroforestería, y luego se convierte en un ejemplo en su propia comunidad. Esto es importante en un sistema que incluye árboles, que tardan años en madurar.
Serafín sostiene que la agroforestería da menos trabajo que otros estilos de cultivo. “Si hacemos que la agricultura sea fácil, quizá más gente quiera ser agricultor”, afirma.
Los 4 principios de la agroforestería
- No mover el suelo. No ararlo. Sembrar haciendo un pequeño agujero en la tierra con un palo puntiagudo.
- Tener cobertura permanente sobre el suelo. Por ejemplo, con hojas caídas, ramas, troncos y plantas vivas.
- Imitar el bosque del lugar. Combinar muchas especies de plantas de diferentes tamaños y diferentes ciclos de vida.
- En el sistema agroforestal, hay convivencia entre todas las especies. No hay competencia por nutrientes ni luz.
Previamente en el blog de Agro-Insight
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Agradecimientos
El ingeniero Serafín Vidal trabaja para la Fundación Agrecol Andes. Conduce el proyecto de Agroforestería Dinámica, financiada por NATUREFUND. Serafín leyó e hizo comentarios sobre una versión previa de este blog.
Nombres científicos de especies nativas
Molle Schinus molle
Chacatea Dodonaea viscosa
Lluvia de oro Tecoma sp.
Jacaranda Jacaranda mimosifolia
Fresno Fraxinus sp.
Aliso Populus sp.
Lloq’e Kageneckia lanceolata
Qhewiña Polylepis spp.