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Modern agroecology needs sources of power, and solar energy can be cheap, clean and long-lasting.
Near Cochabamba, Bolivia, in the small town of Sipe Sipe, the community of Châawarani was too high to be reached by the municipal water system. An NGO, Agroecology and Faith, helped them build a large reservoir, 883,000 liters, and pump water from a shallow well in the bed of the Phankaruma (Pancaruma) river. Â But the community had to pay for electricity to run the pump, and somebody had to go turn it on every morning, and off again in the evening.
In March, 2024, Agroecology and Faith, and a private company, Enervida, installed a new solar pump on the river. It was reasonably affordable at 54,000 Bs (then worth about $7,715). Each of the 300 households of Châawarani paid 180 Bs (about $26), covering the total cost of the new solar pump and accessories. For six months the system has provided free water to 300 families.
Boris Ardaya, the founding director of Enervida was in Sipe Sipe in late September to teach a course on photovoltaic energy, which included a visit to the solar pump in the river bed. Boris, who had installed the pump himself, opened the panel to show us that the solar panels were producing over 4,000 watts (five horsepower).
Many projects die because people canât maintain the stuff. Some local leaders were on hand at the course to vouch that they had not had any maintenance issues, except once a week they hosed off the raised solar panels, to wash off the dust, and let in the sunlight.
As Boris explained, solar panels that used to cost 100 Euros now sell for eight, because the Chinese are making them on a massive scale. There is nothing very complicated about solar panels, which are basically a glass plate over some wiring, in an aluminum frame. Solar panels arenât contaminating like an old battery, and their parts can be recycled, but they last for a long time. There are some 40-year-old panels in Bolivia that are still working.
This longevity is born of simplicity. The solar panels have no moving parts, except for the electrons coursing through the wires. Water systems, whether for farms or homes, have a special advantage. They donât need expensive batteries.
Every morning, the sunâs first light starts the pump at Châawarani, and it goes until dark, pumping at three liters a second (enough to fill a bathtub in 50 seconds). When solar energy is combined with a water tank instead of a battery, the energy is stored in the form of water in a reservoir, which can be drained by gravity even at night. Solar energy could also pump water up to a hydroelectric generator, which could operate at night.
With batteries two panels can easily power a farm house. After the initial investment, the sun provides the fuel for free for years, unless the panels are vandalized by rock throwers. The sun turns the panels on automatically, so a person doesnât have to. Sensors can be installed to turn the pump off when the tank is full.
The people in Châawarani are now using their water to plant agroforestry plots: timber trees growing along with apple, plum and peach.
Bolivia is now in the midst of a massive energy crisis. Gasoline and diesel subsidies are ruining the macroeconomy, and a pointless scheme to plant soy beans for biofuel is contributing to mass clearing and burning of the lowland forests. Ancient Andean people worshipped the sun. Modern farmers could still benefit from the sunâs generosity.
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Acknowledgements
Thanks to GermĂĄn Vargas and Paul Van Mele for their valuable comments on an earlier draft of this story.
ENERGĂA SOLAR PARA LA AGROECOLOGĂA
Por Jeff Bentley, 6 de octubre del 2024
La agroecologĂa moderna necesita fuentes de poder, y la energĂa solar puede ser econĂłmica, limpia y duradera.
Cerca de Cochabamba, Bolivia, en el municipio de Sipe Sipe, la comunidad de Châawarani estaba demasiado alta para recibir agua del sistema municipal. Una ONG, AgroecologĂa y Fe, les ayudĂł a construir un gran reservorio de 883,000 litros y bombear agua desde una galerĂa filtrante (algo asĂ como un pequeño pozo) en el lecho del rĂo Phankaruma (Pancaruma). Pero la comunidad tenĂa que pagar por la electricidad para hacer funcionar la bomba, y alguien tenĂa que encenderla cada mañana y apagarla nuevamente por la noche.
En marzo de 2024, AgroecologĂa y Fe, y una empresa privada, Enervida, instalaron una bomba solar en el rĂo. No era muy caro a 54,000 Bs (entonces equivalente a $7.715). Cada una de las 300 familias de Châawarani aportĂł 180 Bs. (unas $26), cubriendo el costo total de la instalaciĂłn. Durante seis meses, el sistema ha proporcionado agua gratis a las 300 familias .
Boris Ardaya, el director fundador de Enervida, estuvo en Sipe Sipe a finales de septiembre para impartir un curso sobre energĂa fotovoltaica, que incluyĂł una visita a la bomba solar en el lecho del rĂo. Boris, que habĂa instalado la bomba Ă©l mismo, abriĂł el panel para mostrarnos que los paneles solares producĂan mĂĄs de 4,000 vatios (5 hp, o caballos de vapor).
Muchos proyectos fracasan porque la gente local no puede mantener los equipos. Algunos lĂderes locales estaban presentes en el curso para asegurarnos que no habĂan tenido problemas de mantenimiento, excepto que una vez a la semana lavaban los paneles solares elevados con manguera para quitar el polvo y dejar entrar la luz solar.
Como explicĂł Boris, los paneles solares que solĂan costar 100 Euros ahora se venden por ocho, por su fabricaciĂłn a gran escala en la China. No hay nada muy complicado en los paneles solares, que son bĂĄsicamente una placa de vidrio sobre un cableado en un marco de aluminio. Los paneles solares no contaminan como una baterĂa vieja y sus partes pueden ser recicladas, pero duran mucho tiempo. Hay paneles de 40 años en Bolivia que todavĂa funcionan.
Esta longevidad nace de la simplicidad. Los paneles solares no tienen piezas mĂłviles, excepto por los electrones que fluyen a travĂ©s de los cables. Los sistemas de agua, ya sea para el agro o el hogar, tienen una ventaja especial. No necesitan baterĂas costosas.
Cada mañana, los primeros rayos del sol activan la bomba en Châawarani, que funciona hasta que oscurece, bombeando a tres litros por segundo (suficiente para llenar una tina de baño en 50 segundos). Cuando la energĂa solar se combina con un tanque de agua en lugar de una baterĂa, la energĂa se almacena en forma de agua en un reservorio, que puede drenarse por gravedad incluso durante la noche. La energĂa solar tambiĂ©n podrĂa bombear agua hasta un generador hidroelĂ©ctrico, que podrĂa operar durante la noche.
Con baterĂas, dos paneles pueden alimentar fĂĄcilmente una casa rural. DespuĂ©s de la inversiĂłn inicial, el sol da combustible gratis durante años, a menos que los paneles sean dañados por las piedras de vĂĄndalos. El sol activa automĂĄticamente los paneles, asĂ que una persona no tiene que hacerlo. Se pueden instalar sensores para apagar la bomba cuando el tanque estĂĄ lleno.
Las personas en Châawarani ahora usan el agua para sus casas y para regar parcelas agroforestales: ĂĄrboles forestales plantados entre manzanos, ciruelos y durazneros.
Actualmente Bolivia estĂĄ pasando por una crisis energĂ©tica masiva. Los subsidios a la gasolina y al diĂ©sel estĂĄn drenando la macroeconomĂa, y un plan inĂștil para sembrar soya para biocombustibles estĂĄ contribuyendo a la deforestaciĂłn masiva y la quema de los bosques en las tierras bajas. Los antiguos pueblos andinos adoraban al sol. Los agricultores modernos aĂșn podrĂan beneficiarse de la generosidad del sol.
Previamente en  Agro-Insight
Agradecimientos
Gracias a GermĂĄn Vargas y a Paul Van Mele por sus valiosos comentarios sobre un borrador previo de este relato.